La memoria es la materia prima del patrimonio cultural cívico. Siempre en movimiento, no se deja atrapar por los cánones formales de la historia, sino que fluye con el tiempo porque está en manos de la gente que la sigue viviendo, porque se la legaron los abuelos de los abuelos.
Descubrimos que los acontecimientos de la Independencia y la Revolución se representan año con año en un gran número de pueblos de México, dando vida a un patrimonio cultural cívico de forma mesoamericana, contenido político y enorme impacto social. De esta manera, crean y recrean sociedad, comunicación, cohesión y sentido histórico.
Así es, como cada año, el pueblo mexicano celebra hoy el Centenario y el Bicentenario.
Cuernavaca Morelos, 2010.